¿Por qué la autoestima?

¿En la escuela se forma a estudiantes o a personas? 
El término escuela lleva consigo una doble vertiente, desde una formación académica a una formación personal. De hecho, en numerosas ocasiones se pone en entredicho qué es lo que más prima o cuál debe tener más importancia. 
¿Somos realmente conocedores de la influencia que desarrollamos en los demás?
Aceptarse y valorarse no siempre es cuestión de uno mismo. De acuerdo con los expuesto por la Teoría Ecológica de Bronfenbrenner el desarrollo de cada persona se encuentra enmarcado por varios determinantes. 
Así, la autoestima de una persona no viene dada, sino que se va construyendo a lo largo de los años. 
En todo esto, las familias tienen una gran relevancia, sobre todo en los primeros años de vida. Luego, le siguen los docentes y la escuela en general, destacando que cada acción, palabra y gesto tiene una serie de consecuencias en nuestro alumnado. Por último, y para simplificar, encontramos el contexto y cultura en el que nace una persona. 
Todo ello nos conduce hacia lo que hemos denominado el elemento vertebrador en la educación, la autoestima. 
Pero, ¿dónde reside dicha relevancia?
Quien es valorado, se valora.
Quien es querido, se quiere. 
Quien te apoya, hace que te sientas apoyado. 
Esto nos conduce hacia uno de los objetivos de la educación, el éxito escolar. 

Quererse, valorarse, aprender y enriquecer. 
Una frase que se puede extrapolar a cualquier miembro de la comunidad educativa y a cualquier escuela. 


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