¿Qué huella estás dispuesto a dejar?


"Ten cuidado que con esa redacción, puedes tener problemas en selectividad", "¿has considerado hacerte escritora?"
"Tienes que escuchar más y hablar menos", "has sido la única persona que se ha sentado a escucharnos y a preocuparse por cómo estamos".
"Creo que deberíamos darle una vuelta, me parece una idea muy típica", "lo cierto es que eres muy creativa, ¿no te lo han dicho antes?"
"Te pega ser abogada", "se nota que te apasiona la educación". 
"¡Qué poca paciencia tienes!", "seño, gracias por no haber perdido la paciencia conmigo". 
"Bueno, la cara de la persona no está del todo bien, matiza esos detalles", "Lorena, no deberías dejar de pintar nunca, es increíble, enséñame".
"Esa idea que tienes de la educación no existe", "muchas gracias por haber hecho un proyecto tan guay".
"Deberías mejorar tu pronunciación en inglés", "creo que si un anglosajón te escuchase en un bar hablando, se creería que eres nativa". 
"No tienes control de la clase", "tú sí que sirves para ser profesora". 

¿En qué quedamos?
Puede que la vida sea lo más contradictorio que nos podamos encontrar, o quizás son solo las personas que forman parte de la misma las que la hacen así. 
¿Qué queremos trasmitir?
Quizás antes de mirar hacia fuera, haya que hacerlo hacia dentro. 
Cada acción, mirada y palabra tiene una serie de repercusiones en las personas que nos rodean. Por ello, el docente es uno de los determinantes que influyen de forma directa en la creación de la personalidad del estudiante, dejando una huella en cada uno. 
¿Decidimos en qué grupo queremos estar?
Yo decido la huella de humanidad, el segundo. 
¿Y tú?
¿Qué huella estás dispuesto a dejar?

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