De entre los numerosos aprendizajes que puedo rescatar de mi proceso de formación, podría destacar algunos de los mismos.
En primer lugar, debemos ser conocedores de que la práctica educativa debe estar en consonancia con la evolución de la sociedad. No tiene sentido que actualmente tenga una gran importancia el fenómeno de la globalización y que nuestra escuela se cierre en las cuatro paredes que tiene el aula. La construcción, interacción y comunicación es vital para el desarrollo de escuelas basadas en la vida real.
Hablamos de aprendizaje, pero el mismo se limita al conocimiento de diferente contenido.
¿Qué sentido tiene que sepan dónde está España pero no saber por qué son especiales?
¿Estamos entonces trabajando en una escuela que forma a personas?
La praxis educativa es muy compleja, no solo es una profesión, sino más bien un estilo de vida.
Ser docente no es entrar a un aula y olvidarte de la misma cuando salgas, conlleva un continuo esfuerzo profesional, temporal e incluso emocional.
Porque en lo relativo a la docencia, lo más complicado es ser persona, la más complicada de las asignaturas existentes.
Comentarios
Publicar un comentario